La neuroarquitectura es un área de la arquitectura que, con datos y evidencias científicas en mano, analiza de forma objetiva y sistemática cómo los espacios construidos modifican nuestras emociones y nuestras capacidades. Su objetivo es construir espacios que mejoren la productividad y el bienestar de las personas. Esta disciplina, traslada las sensaciones que nos provocan los espacios a datos medibles, lo que nos permite analizar desde el punto de vista científico qué nos provocan los espacios construidos y buscar soluciones utilizando herramientas médicas e innovaciones tecnológicas.
Mide por ejemplo la actividad de nuestro cerebro si entramos en una habitación pintada de amarillo o con una temperatura más fría. Qué pasa si tocamos un material rugoso o si la habitación es redonda. Encada caso, los niveles de estrés y ansiedad, cambian. La frecuencia cardiaca varía.
Un ambiente que propicie emociones positivas es clave para los resultados de tu trabajo. Si bien no existe una fórmula concreta para aplicar la neuroarquitectura, un buen comienzo es tener en cuenta las cinco áreas del sistema cerebral:
- Sensación y percepción
- Aprendizaje y memoria
- Toma de decisiones
- Emociones
- Movimiento
En este sentido, tienes que cuidar aspectos como la iluminación, el color, las dimensiones y formas del mobiliario y los objetos, y la inclusión de elementos naturales, por sus efectos sobre el comportamiento, los procesos cognitivos y las emociones.
Sensación y percepción:

Estas son las recomendaciones de diseño relacionadas con los sentidos:
- Vista: el ritmo circadiano puede alterarse por una mala iluminación de los espacios. En este sentido, la recomendación es aprovechar al máximo la luz natural. Ubica tu escritorio perpendicularmente junto a una ventana para no recibir los rayos de frente ni para que se reflejen en la pantalla del computador. Utiliza colores mate en las paredes, preferiblemente blanco y tonos de azul, verde y gris. Son colores asociados a paz, tranquilidad y esperanza; también a lo orgánico. En cambio, los tonos brillantes pueden crear “ruido visual” y un estado de exaltación poco favorecedor.
- Oído: los sonidos tienen un papel fundamental en la concentración. Asegúrate de tener un espacio íntimo para tus actividades laborales, lejos de televisores o áreas sociales de la casa. La música puede ser un arma de doble filo: si eres de los que prefieren trabajar con sonido de fondo, asegúrate de que no vaya a ser fuente de distracción. Opta por la música instrumental o por la clásica.
- Tacto: el uso de diferentes materiales y texturas es muy valioso para estimular la percepción. Pueden encontrarse en sillas y escritorios, y en elementos decorativos como cojines, floreros y cuadros; incluso en objetos antiestrés como cubos de Rubik o esferas.
- Olfato: puedes utilizar difusores de aceites esenciales, ambientadores, velas aromáticas, inciensos o cualquier elemento que active tu olfato. Usa fragancias suaves y únicas, pues las mezclas pueden causar malestar. La lavanda, por ejemplo, se recomienda para relajarse.
- Gusto: es común que las personas se hidraten o se alimenten mientras trabajan. Solo asegúrate de tomar tus comidas principales fuera del área de trabajo. Sin embargo, puedes disfrutar de un buen té o café en este espacio, incluso algún trozo ocasional de cacao, que tiene propiedades antioxidantes y antidepresivas.
Aprendizaje y memoria:
Los accesorios redondeados fomentan una mayor actividad cerebral, potencian la imaginación y aumentan la sensación de seguridad. Se recomiendan los escritorios con puntas redondeadas y sin filos pronunciados, así como los objetos esféricos y de puntas redondas.
Tanto el aprendizaje como la memoria se estimulan con herramientas tecnológicas como agendas o tableros electrónicos. Si tu trabajo no amerita mucha tecnología, puedes emplear una pizarra o un tablero de ideas y tareas.

Toma de decisiones:
Si mantienes tu escritorio libre de objetos innecesarios o no vinculados a tus labores (como llaves, vasos, etc.), evitas perder tiempo en esas decenas de microdecisiones que ocupan gran parte de nuestra jornada laboral. Cuando ordenas tu espacio de trabajo simplificas las opciones y automatizas las decisiones.
Organiza el espacio por categorías y funciones: dispón un tarro para marcadores, otro para lápices y esferos; una bandeja para agendas y cuadernos, un tablero con la lista de tareas. Cuantas más ayudas incorpores a tu espacio, más fácil será tu trabajo y te concentrarás en las decisiones importantes.
Una recomendación útil es limpiar y organizar tu espacio al comenzar y al terminar tu jornada, todos los días o al menos tres veces por semana.
Emociones:

Otro ingrediente para estimular tus emociones es la biofilia, es decir, la conexión instintiva entre las personas y otros seres vivos. Se ha descubierto que las plantas (incluso los afiches de paisajes) pueden reducir el estrés y mejorar la concentración. Así que incorpora elementos naturales en tu estación de trabajo.
Movimiento:
La dopamina es la sustancia química que motiva a explorar nuestro entorno; se activa cuando el cerebro está expuesto a nuevos estímulos. Por lo tanto, los cambios en el espacio pueden levantar tu estado de ánimo y crear una sensación de satisfacción. Modifica frecuentemente la disposición de los elementos.
De igual forma asegúrate de que tu espacio sea cómodo y te facilite moverte y alcanzar fácilmente las cosas. Para ello usa el mobiliario de oficina adecuado, como una silla ergonómica y un escritorio amplio y con una altura tal que te permita mantener tu espalda y tu cuello erguidos y apoyar tus antebrazos mientras trabajas en el computador. Un escritorio de altura ajustable es ideal para cambiar de posición y alternar entre trabajar sentado y de pie. Esta práctica favorece la circulación sanguínea y disminuye la sensación de cansancio que se produce por estar muchas horas sentado.